Productividad y sustentabilidad en la mira de los científicos

Uno de los platos fuertes presentados en el último Congreso Argentino de Producción Animal, realizado en Córdoba, estuvo vinculado al tema huella de carbono. De la mano de una especialista norteamericana se destacó que hay una correlación positiva entre el cuidado del medio ambiente y los costos económicos de la producción de carne.  
Productividad y sustentabilidad en la mira de los científicos
Productividad y sustentabilidad en la mira de los científicos

Bajo el lema “Ciencia y Tecnología: Pilares del desarrollo ganadero sustentable”, la Asociación Argentina de Producción Animal (AAPA), entidad dedicada a la difusión del conocimiento y la mejora de los aportes al sistema científico y productivo de las cadenas pecuarias en Argentina, concretó su trigésimo quinto Congreso Argentino de Producción Animal en el Hotel de la Cañada, en Córdoba capital.

El evento, reunió a más de 400 técnicos, investigadores, asesores y técnicos de todo el país y el extranjero, tanto de la actividad privada, como del Inta, Conicet, CIC, Crea, y universidades. En el 35 Congreso Argentino de Producción Animal se hizo foco en la productividad, competitividad, sustentabilidad y cuidado ambiental; y se presentaron más de 350 trabajos e investigaciones, realizadas en el país y el extranjero.

El ingeniero Héctor Pérez, del Area Producción Animal del Inta Manfredi, fue el presidente del comité Organizador de esta edición del congreso.

Acerca del espíritu del evento dijo: “Es evidente que cuando intensificamos si bien tenemos mejores rendimientos, siempre estamos produciendo mayor cantidad de efluentes, de contaminación, sean gases, heces y líquidos. Por eso si bien hay que producir más, hay que hacerlo con el menor impacto ambiental posible, es decir hay que pensar en sustentabilidad, un concepto que no solo abarca lo económico sino además lo ambiental y lo social”.

Pérez se mostró feliz por la presentación de 370 trabajos inéditos de investigación, generados desde diversos centros académicos o grupos de profesionales, públicos y privados. “Un poco el eje de este congreso fue el de vincular la investigación con los aplicadores de la tecnología. Todos los que están en extensión del Inta, por ejemplo, que ven que en este espacio que ofrece el congreso se puede encontrar información, pero también presentaciones de  casos reales. Ese es un poco el enfoque que le estamos dando a los congresos de la AAPA, acercar la generación con la aplicación de esa tecnología. Es decir, que la información no quede solamente en la publicación, o soporte que se le entregue a los participantes, sino que llegue a los campos y a las industrias”.

Cabe destacar que la edición 2013 se realizará en Corrientes, en tanto que la edición 2014 se hará en Buenos Aires de manera conjunta con la Asociación Americana de Producción Animal, y las asociaciones de producción animal de Uruguay y Chile.

La huella de carbono en el eje del debate Uno de los platos fuertes del encuentro se dio en la presentación de la norteamericana Judith Capper, especialista de la Universidad de Washington, quien expresó que “está previsto que la población mundial aumente a más de 9.500 millones de personas para el año 2050, y los ganaderos se enfrentan al desafío de producir suficientes alimentos de origen animal para satisfacer las necesidades nutricionales, y a la vez no impactar en la sostenibilidad del medio ambiente”.

En diversos trabajos, Capper propugna una mejora de la productividad a través de una mayor eficiencia, y el incremento de las tasas de crecimiento en todas las categorías, y en la reducción del peso de faena. De todas maneras destaca que existe una correlación positiva entre el cuidado del medio ambiente y los costos económicos de producción.

En conjunto, la agricultura aporta un 10% de las emisiones humanas de gases de efecto invernadero, en su mayoría en forma de metano, aunque también como óxido nitroso. El ganado produce aproximadamente el 50% de estas emisiones. Las vacas y las ovejas emiten el metano directamente y el óxido nitroso se libera como efecto secundario del uso del nitrógeno como fertilizante y del estiércol.

Aunque su vida es corta, ambos gases son potentes condensadores de calor que superan al dióxido de carbono en su potencial de calentamiento. Sin embargo, a pesar de conocer su contribución al cambio climático, las emisiones de metano y de óxido nitroso van a seguir aumentando en más del 50% en las dos próximas décadas a medida que la humanidad crece y consume más proteínas.

Así es que la reducción de la huella de carbono del ganado se ha convertido en un objetivo importante para los científicos y por ello estuvo presente en el Congreso de Producción Animal desarrollado en Córdoba, en la presentación de Judith Capper.

Como el metano constituye la mayor parte de las emisiones agrícolas, encontrar formas de reducir o eliminar su producción sin desequilibrar el resto del sistema es el principal desafío y objetivo de las investigaciones en EE.UU. Los científicos llevan trabajando décadas con este objetivo, no solo por la preocupación que suscitan las emisiones, sino por sus consecuencias económicas. Además de los efectos climáticos, la producción de metano reduce la eficiencia con la que un animal convierte la comida en energía, minando los beneficios potenciales.

Con la finalidad de eliminar el metano en ambos extremos del tracto digestivo de los animales, los científicos tenían gran interés en comprender cómo se genera el gas en los puntos intermedios. Independientemente de la vía de escape, las emisiones liberadas mediante eructos o flatulencias se producen de forma muy parecida como consecuencia de la forma en que los rumiantes, procesan los alimentos. Los rumiantes tienen un tracto digestivo con cuatro estómagos cuya cavidad principal es la panza.

Al igual que los seres humanos, los rumiantes no pueden descomponer por sí mismos la dura celulosa de las plantas. Pero a diferencia de nosotros, albergan una comunidad microbiana especializada que hacer ese trabajo fermentando el material. Sin embargo, esto tiene como consecuencia la producción de hidrógeno que ralentiza la fermentación si no se elimina. Los microbios metanógenos, que en cierto modo se parecen a las bacterias pero forman parte de otro reino, realizan esta importante labor utilizando el hidrógeno como fuente de energía y produciendo metano en el proceso. La eliminación del metano de este proceso crucial es un reto complejo, siendo el objetivo clave reducir las emisiones a la atmósfera.

El sector porcino acelera el crecimiento El médico veterinario Jorge Bruinori, referente del Grupo de Trabajo porcino del Inta Marcos Juárez, fue la voz cantante sobre Perspectivas de la Producción de Cerdos en Argentina, y en diálogo con TodoAgro indicó: “Apuntamos a trazar un panorama del sector porcino que de acuerdo a estadísticas base como las del PEA , donde se estima un crecimiento del 190% para los próximos 10 años, superando incluso a la actividad bovina que se espera que crezca un 50% y a la avícola un 80%. Quizás la fortaleza más fuerte que tenemos en la cadena porcina nacional es que estamos creciendo en el consumo de carne fresca, que nunca se había dado en la historia de la producción porcina nacional, un mercado típico de fiambre. Si uno se remite 20 años atrás estábamos con 6 kilogramos, de los cuales comíamos 5 de fiambre y 1 de carne fresca. Mientras que en 2011 cerramos con 8,640 Kg. de los cuales se reparten 4,5 Kg. de fresco y 4,5 de fiambre. Eso es muy bueno para la producción porque cada kilo que se incrementa por habitante/año necesitamos de 20.000 madres más”.

Brunori indicó que los técnicos del Inta están sobredemandados por acciones de capacitación en diversos puntos de la geografía nacional. Añadió que de continuar esta tasa de crecimiento se puede pensar en una Argentina exportadora de carne porcina. “Sin dudas que la segunda gran puerta es el mercado de exportación, donde el país por sus condiciones agroecológicas y los costos más competitivos del mundo tiene gran oportunidad, mas con los nuevos mercados demandantes como el sudeste asiático.

Entonces tenemos estos dos grandes mercados sumado a que también podemos sumar en un futuro en reemplazar las importaciones, que hoy son casi 55.000 toneladas. Así hay 3 o 4 frentes que son realmente de mucho optimismo, aunque por supuesto nos tenemos que adecuar: por ejemplo en la eficiencia que tiene el país en promedio. Argentina hoy está entre 10 a 14 capones terminados por madre por año, cuando los países de punta superan los 22 a 23 capones. Vamos a tener que acomodar cosas para poder responder a esas oportunidades que se vienen”.

Evaluando fortalezas y debilidades en la prospectiva porcina, el experto del Inta Marcos Juárez se mostró preocupado por el manejo comercial de la carne de cerdo. “La expansión de la cadena que estamos pensando se tiene que dar con un acomodamiento del precio, y a mi entender el valor del producto en góndola es exagerado. Tenemos que acomodar más el precio del consumidor porque te lo permite mucho la rentabilidad que genera la posibilidad de llegar con un cerdo en pie a la góndola. Pienso que deberían abrirse carnicerías pequeñas de ciudades medianas o pequeñas, exclusivamente de cerdos hechas o dirigidas por los mismos productores que defiendan su precio y entiendan que eso va a desarrollar el sector, me parece que es el camino. Esto similar a las tradicionales pollerías que lograron un crecimiento vertiginoso del consumo, cuando desarrollaron el aparto comercial”, resaltó.