Silajes de primavera: no es lo mismo alfalfa que cebada

Técnicos aseguran que es imprescindible conocer las diferencias que existen entre los diferentes cultivos factibles de conservar y cumplir con buenas prácticas de confección durante todo el proceso.

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Un estudio realizado por Martín Auil, del área de Investigación y Desarrollo – Producción de Animal Becker Underwood señala que en materia de silajes de primavera "no es lo mismo alfalfa que cebada". "Los silajes de primavera constituyen una excelente alternativa forrajera tanto para los sistemas de leche como de carne. Esto en parte se debe a que podemos utilizarlos bajo diferentes estrategias nutricionales como por ejemplo sustituyendo parte del silaje de maíz en las raciones de las vacas lecheras, en engordes intensivos como fuente de fibra o en sistemas pastoriles complementando las pasturas de verano de baja calidad", comienza el informe. En esa línea, indica que "es importante tener en cuenta que los silajes de primavera pueden confeccionarse a partir de diferentes cultivos y, por lo tanto, al momento del ensilado debemos conocer las diferencias que existe entre cada uno de ellos para obtener forrajes conservados de calidad. No obstante, en todos los casos, es imprescindible mantener las buenas prácticas de confección prestando atención a todas las etapas, que comprenden desde la implantación del cultivo hasta el suministro del material ensilado". "Si bien existen diferentes puntos críticos a tener en cuenta durante el proceso de ensilado, la determinación del momento óptimo de picado es un factor clave que tiene gran impacto no solo en el proceso fermentativo, sino que también en la calidad nutritiva del material que obtenemos. Cualquiera sea el cultivo, el estado fenológico y el contenido de materia seca al momento del corte, son dos parámetros fáciles de evaluar que nunca deberíamos dejar de tener en cuenta", agrega. En el caso de confeccionar silaje de cebada, el estudio recomienda "picar cuando el cultivo se encuentra en estado de “grano pastoso”, ya que en dicho punto se logra un buen contenido de materia seca (35 – 40%) y un adecuado equilibrio de nutrientes. Si se pica en estados fenológicos tempranos, como en “prepanojamiento” o “panoja-espiga emergida”, debido al bajo contenido de materia seca puede comprometerse la calidad fermentativa y la estabilidad del material ensilado. En cambio, en estados fenológicos avanzados como “grano duro”, el contenido de materia seca es extremadamente alto, lo que complica la correcta compactación y la consecuente anaerobiosis del silo". "En el caso de la alfalfa, se recomienda picar cuando el cultivo se encuentre en estado de botón floral o comienzo de la floración, ya que en dicho punto se alcanza un buen equilibrio entre calidad y cantidad de forraje. Si se cosecha en plena floración, se obtendrá mayor cantidad de forraje pero de menor calidad debido en gran parte a la disminución de la digestibilidad. Sin embargo, en estado de botón floral o comienzos de la floración, el contenido de materia seca es bajo y es imprescindible realizar preoreo hasta alcanzar aproximadamente el 40% de materia seca", sigue. En tanto, Auil informa que "actualmente existen en el mercado diferentes tipos de inoculantes que permiten mejorar la calidad de los forrajes conservados. Los inoculantes de 1° generación u homofermentativos, como LactoSilo, provocan un rápido descenso del pH de la masa ensilada, fundamental en este tipo de silajes debido a su bajo contenido de carbohidratos solubles y al elevado tenor proteico. Esto acarrea una serie de ventajas como la conservación de la calidad que poseía el cultivo al momento del ensilado, evita la proliferación de micotoxinas y mejora la conservación en el tiempo. También existen inoculantes de 3° generación o heterofermentativos, como HenoSilo, que incrementan la tasa de desecación del material a conservar, reduciendo el tiempo entre el picado y la confección de la reserva. De esta manera logramos reducir el riesgo de exposición a condiciones climáticas adversas como precipitaciones, con el consecuente lavado de nutrientes y pérdida de calidad del forraje. Además permite acortar el proceso de respiración que ocurre normalmente una vez picado el forraje. Esto es de fundamental importancia ya que al interrumpir dicho proceso logramos disminuir las pérdidas de carbohidratos solubles y de materia seca". "En definitiva, es posible lograr silajes de primavera de excelente calidad fermentativa y nutritiva, pero es imprescindible conocer las diferencias que existen entre los diferentes cultivos factibles de conservar y cumplir con buenas prácticas de confección durante todo el proceso de ensilado. Por su parte, la aplicación de tecnologías de insumos tales como los inoculantes, constituyen una de las claves para la obtención de forrajes conservados de calidad", concluye el informe.