Con unas 60.000 hectáreas cultivadas con maíz y otras 250.000 con soja, un porcentaje significativo de la producción de granos en el noroeste argentino corre el riesgo de perderse debido a prácticas ineficientes durante el manejo de poscosecha. De acuerdo con estimaciones del INTA, del total de almacenado en una bolsa plástica en esta zona, se pierden entre el 8 y el 10 por ciento de los granos.
“La tonelada de maíz puesto en Rosario está alrededor de los 630 pesos; pero pueden perderse unas 12 toneladas, más de 7.500 pesos por bolsa. En soja, el porcentaje es similar, con pérdidas cercanas a las diez toneladas por bolsa”, dijo Ricardo Rodríguez, especialista en poscosecha del INTA Famaillá –Tucumán–.
Estos aspectos fueron abordados recientemente en una jornada técnica realizada en esa unidad del INTA, a cargo del proyecto de Eficiencia de Poscosecha de Granos de esa unidad, que reunió a productores, operarios, docentes y encargados de laboratorios de acopio y otros profesionales vinculados directamente con la poscosecha de granos, provenientes de Tucumán, Salta, Santiago del Estero, Córdoba y Santa Fe.
El encuentro contó con la participación del vicepresidente de Asociación argentina de poscosecha de granos (Aposgran) – Guillermo Romero–, el coordinador de Investigación e Innovación Tecnológica del INTA Famaillá –Marcos Ceconello–, el presidente del Colegio de Ingenieros Agrónomos y Zootécnicos de Tucumán –Mauricio Costas–, entre otros referentes técnicos.
“Se abordaron temas actuales en manejo de la poscosecha de granos en la región, dando soluciones prácticas a los problemas comunes y llegando a los destinatarios reales de esta temática específica de la eficiencia del manejo de los granos y su calidad”, detalló Rodríguez en referencia al encuentro.
De acuerdo con el técnico del INTA, las bolsas plásticas facilitan tomar decisiones en el tiempo adecuado: “Si bien los precios no acompañaron en el momento de cosecha, hoy con el repunte de la soja sirvió invertir en las bolsas, porque permiten un tiempo de almacenamiento de seis meses en el caso de ese cultivo. Con lo cual, la inversión se recupera rápidamente y el productor obtiene una ganancia adicional sobre el commodity”.
Cómo hacerlo
En zonas no tradicionales para la agricultura, la bolsa cumple una función destacada y hasta el momento irreemplazable en la logística de poscosecha. En este sentido, el INTA trabaja para que el almacenamiento de granos en bolsas plásticas sea eficiente.
Las recomendaciones para evitar pérdidas son: planificar el lugar del armado de la bolsa con anterioridad a la cosecha, elegir un lugar alto y nivelado, con ligera pendiente para evitar la acumulación de agua, alisar el terreno para evitar que el rastrojo del cultivo anterior, o las malezas, rompan el “piso” de la bolsa y cerrar las bolsas correctamente para evitar la entrada de agua. Además, es importante llevar un registro de la calidad y condición de la mercadería embolsada y monitorear las condiciones de almacenamiento de la mediante la metodología de medición de dióxido de carbono desarrollada por el INTA.
También, agregó, los asistentes manifestaron un marcado interés durante presentaciones relacionadas con medidas de seguridad e higiene laboral en plantas de acopio, así como para el tratamiento y manejo de productos químicos utilizados en control de plagas para evitar que la contaminación de los granos con toxinas. “El tema básico pasa por las enfermedades fúngicas, tanto aflatoxina como fumonisina”, explicó el especialista, quien aseguró que “es necesario estar bien informado y saber cómo pueden evitarse, o bien, cómo solucionar lo que esté contaminado y evitar mayores pérdidas, que pueden alcanzar al 18 por ciento de lo almacenado”.
Estas recomendaciones son fundamentales para introducir a la bolsa en el esquema de poscosecha de las agroindustrias, que requieren granos de calidad para los procesos de transformación y agregado de valor en origen.
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