Un negocio que se volvió sabroso

La producción de cerdos en la República Argentina comienza a transitar un camino de oportunidades que la llevarán al desarrollo y a la consolidación, lo cual implica indefectiblemente enfrentar desafíos y amenazas. Un meduloso trabajo del médico veterinario Jorge Brunori, del Inta Marcos Juárez así lo confirma.

Un negocio que se volvió sabroso

Luego de la devaluación de la moneda ocurrida en 2002, las condiciones macroeconómicas para la producción porcina mejoraron considerablemente, especialmente por el encarecimiento del cerdo importado y el mejoramiento de los precios internos en términos reales. Esto permitió que en los últimos años se vislumbrara una clara recuperación de la actividad porcina: hoy se estiman a nivel país 3.437.000 cabezas y una cantidad de madres en estrato comercial que alcanzan a 345.000.

Oportunidades y desafíos La producción porcina de Argentina se desarrolla en un nuevo escenario de oportunidades y desafíos que tiene su fundamento en los aspectos que se detallan a continuación.

Mercado interno: es la prioridad del sector continuar posicionando el consumo de carne fresca de cerdo que, como se mencionó, se sitúa en los 8,64 con una participación de más de 4 kg de consumo fresco. Según las estimaciones (PEA 2011; Fundación Mediterránea, 2011) el país podría alcanzar en los próximos años los 14 kg  de consumo de carne de cerdo, con un partición cercana a los 10 kg de fresco. Esto permitiría aumentar la faena de cerdos a más de 8 millones de cabezas  y la producción de cerdos a más de 700.000 toneladas.

Mercado externo: En la actualidad se consumen a nivel mundial 104.363.000  tn. De este total, 7.237.000 tn  son de intercambio entre países. Los principales países importadores de carne de cerdo son Japón, con el 18,7 % del total que se comercializa entre países, Rusia (14,4 %), China (11,5 %) y  México (10 %) (Magyp, 2012). Los principales países productores de cerdos del mundo son China con el 49,3 %, Unión Europea (21,8 %), EEUU (10,2 %) y Brasil (3,2 %). A la vez, estos países son y en el mismo orden de importancia los que mayor consumo de carne de cerdo por habitante año tienen.

¿Qué significa el desarrollo de la cadena? De cumplirse las metas productivas propuestas para el 2020 en donde se pasaría de los 8,6 kg de consumo por habitante año a 14 kg, si se alcanzan las 70.000 toneladas de productos porcinos exportados y se sustituye el nivel actual de carne importada por carne de cerdo nacional, sería factible pasar de los 3.818.758 animales faenados a más de 8.000.000, y de las 331.000 toneladas que se producen en la actualidad  a más de 700.000. En la actualidad transformar el grano en carne de cerdo representa un incremento de dos veces los valores que se obtienen por la venta del grano.

Si se mejorara la eficiencia promedio (animales terminados por madre año) de las madres con carácter comercial señaladas en este informe a 16 capones/madre año, se necesitaran producir 2.500.000 cerdos más para faenar los 8 millones estimados, lo que implica a una productividad media de 18 capones por madre año la necesaria incorporación de 138.000 madres más para cumplir las metas previstas para el 2020. Esto implica una inversión en sistemas de producción y considerando una inversión media actual de 6.000 dólares por madre instalada de U$S 828 millones.

Sector Frigorífico: El país cuenta en la actualidad con 176 mataderos frigoríficos (MAGyP, 2012), de los cuales el 70 % se encuentra en la región central del país. Los  16 primeros frigoríficos participan con el 58 % de la faena nacional, de esta faena el 69 % se realiza en Buenos Aires, el 21 % en provincia de Santa Fe y la provincia de Córdoba participa con el 7.7 % de esta faena. El resto (121 plantas distribuidas en todo el país) sólo faenan el 25 % del total nacional. Esta distribución de la industria muestra claramente la concentración de la faena en pocas plantas y la necesidad de contar con frigoríficos de mayor volumen en varias regiones del país para poder consolidar el creciente desarrollo que tiene esta actividad en regiones no tradicionales.

Puestos de trabajo: el sector porcino nacional ocupa en la actualidad a 12.000 personas en el sector primario, mientras que el sector industrial y servicios indirectos ocupan 20.300 puestos de trabajo, lo que alcanza un total de mano de obra de 32.300 personas (GITEP, 2011). Si se alcanzan las metas de faena de 8 millones de cerdos para el año 2020, según estimaciones propias se incrementaría esta cifra a 50.450 puestos distribuidos en cada uno de los componentes del sector, lo que significa la generación de 18.000 nuevos puestos de trabajo.

Conclusión En los últimos años la producción de cerdos en el mundo incorporó un creciente progreso tecnológico pasando a ocupar el primer lugar en el volumen de carne consumida. Esta evolución fue particularmente marcada en los países desarrollados, contrastando con los menos desarrollados en los cuales su crecimiento fue más lento, aunque se reconoce a la explotación porcina como mejor adaptada a las economías emergentes por su posibilidad de rápida expansión.

La producción de carne porcina en zonas con suelos aptos para la agricultura puede convertirse en una alternativa de diversificación especialmente eficaz para pequeños y medianos productores aumentando sus ingresos y logrando la sustentabilidad de su explotación al disminuir los riesgos.

La aparición de escenarios más rigurosos van exigiendo de a poco sustituir la imagen clásica y convencional del productor tradicional por otra más activa y dinámica, propia ya de un productor-empresario que necesita anticiparse a los hechos y tomar decisiones más precisas. La eficiencia integral del sistema, la gestión y el asociativismo serán las herramientas que permitirán la sostenibilidad productiva.

El progreso observado en el conocimiento de las diversas tecnologías que influyen en la producción de cerdos origina la necesidad de una rápida actualización con miras a la introducción constante de modificaciones que permitan operar en un contexto más complejo y competitivo.