Fertilización con cobalto y molibdeno en soja
Los cultivos deben tener un crecimiento óptimo para poder hacer un uso más eficiente de los recursos del ambiente. En suelos degradados químicamente, la fertilización juega un rol central para disminuir la brecha existente entre los rendimientos sin fertilización y el máximo que se pueda lograr en condiciones de secano.
En la región pampeana, la respuesta a la fertilización con fertilizantes fosfatados y azufrados ha sido ampliamente informada (Ferraris et al., 2002; Martínez and Cordone, 2007; Salvagiotti et al., 2012; Salvagiotti et al., 2013), sin embargo la información relacionada con la aplicación de micronutrientes no tiene la misma solidez. En mucha de la información disponible no es posible despejar los efectos de algunos micronutrientes en particular, dado que los fertilizantes utilizados contienen mezclas de varios micronutrientes.
A pesar de los bajos requerimientos por unidad de rendimiento, alrededor de 5 g por tonelada de rendimiento (Ciampitti and Garcia, 2007), el molibdeno (Mo) es un nutriente esencial que está involucrado en forma directa en el metabolismo del N del cultivo de soja, al formar parte de la nitrogenasa, enzima encargada de la fijación del N atmosférico y de la nitrato reductasa, enzima responsable de la reducción de nitrato a amonio para su posterior transformación a aminoácidos y proteínas en las plantas (Marschner, 1995). El cobalto (Co) no es un nutriente esencial para las plantas, sin embargo es importante dentro del metabolismo de las bacterias que forman los nódulos. Se ha observado que en ausencia de Co, las bacterias reducen la producción de proteínas y leghemoglobina, proteína involucrada en el mantenimiento de la fijación biológica de N. En consecuencia, en forma indirecta, se afectaría el metabolismo del N de la planta de soja (Sims, 1996). Dada la relación cercana de estos micronutrientes con la fijación biológica de N, la provisión de estos nutrientes a través de la fertilización debería ser cercana a los momentos en que se produce el proceso de infección de las raíces por parte de las bacterias fijadoras del género Rhizobium. Algunos trabajos han mostrado que aplicaciones foliares de Mo en cultivos que serán destinados a semilla, la enriquecen con este micronutriente y el cultivo que se implante con ésta estará enriquecido en Mo (Campo et al., 2009). Sin embargo, la práctica más habitual es utilizar fertilizantes que contengan Co y Mo junto con la semilla. Los resultados de las experiencias realizadas a campo han mostrado resultados positivos (Fontanetto et al., 2006; Gambaudo et al., 2011) o ausencia de respuesta a la fertilización (Bodrero et al., 2001). Teniendo en cuenta la dispersión de la información, el objetivo del presente trabajo fue explorar la respuesta en rendimiento de soja a la aplicación de cobalto y molibdeno con la semilla, en un amplio rango de condiciones ambientales.