Diseñan el primer mapa de productividad forrajera del país

Según el trabajo, elaborado por la FAUBA, el INTA y AACREA, la Argentina posee una productividad anual de pasto de 244 millones de toneladas por año. La información permitiría conocer el potencial ganadero del país en producciones pastoriles. Es de libre acceso y está disponible en Internet.


La Argentina cuenta por primera vez con un mapa de productividad forrajera con datos a escala de partido, que productores, asesores técnicos y autoridades gubernamentales pueden consultar gratuitamente en internet para la toma de decisiones, como resultado del trabajo conjunto de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), el INTA y AACREA.

El grupo de investigadores comenzó a trabajar hace un año, convocado por el Ministerio de Agricultura de la Nación y financiado por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA). A futuro prevé implementar un sistema de monitoreo forrajero a partir de imágenes satelitales, similar al que actualmente lleva adelante el Laboratorio de Análisis Regional y Teledetección (LART) de la FAUBA junto a los grupos CREA.

“Por primera vez podemos conocer cuál es la oferta nacional de pasto, con una escala de partido. Existe un antecedente elaborado por Eduardo Secanell, del Programa Nacional de Carnes del INTA, que estima la receptividad ganadera por regiones a partir de informantes zonales. Nuestro trabajo llega a un nivel de detalle mayor y se base en numerosos trabajos empíricos de determinación de producción forrajera”, dijo Martín Oesterheld, uno de los coordinadores del proyecto de proyecto, por la FAUBA.

La información está disponible enhttp://produccionforrajes.org.ar/. Allí, se puede consultar la productividad de cualquier sitio de la Argentina mediante una navegación sencilla que integra un sistema geográfico con la base de datos. A futuro también se permitirá que los usuarios suban sus datos, para incorporarlos luego de un control de calidad.

Los resultados del estudio arrojaron que la Argentina posee una productividad anual de recursos naturales y cultivados de 244 millones de toneladas por año. “Esta cuantificación serviría, por ejemplo, para conocer el número de cabezas posibles que podríamos tener en el país, en producciones pastoriles”, apuntó Cristian Feldkamp, coordinador de Ganadería de AACREA y responsable del trabajo por esa asociación de productores.

La investigación determinó la productividad forrajera a escala de partido y en miles de toneladas por hectárea y por año (ver mapa). Por caso, detalla que la productividad anual de la mayoría de la región Patagónica, el Monte, el Espinal y la Puna es menor a 2000 kg/ha, mientras que en las regiones Pampeana y Chaqueña varía de 2000 a 5000 kg/ha, en promedio. En la región Mesopotámica va de 3000 a 7000 kg/ha. En algunos partidos, como Pergamino, las pasturas tienen una alta producción por hectárea, pero con baja producción total en miles de tn/año debido a la baja proporción de la superficie ganadera.

El trabajo también puso de manifiesto las debilidades y grandes huecos de información existentes. “Por eso en las siguientes etapas queremos diseñar un sistema de diagnóstico, planificación, seguimiento y prospección forrajera en sistemas ganaderos, adaptado a las condiciones locales y regionales, mediante el uso de sensores remotos”, adelantó Lisandro Blanco, responsable de la iniciativa por el INTA.  La utilización de sensores remotos satelitales permitirá desarrollar un registro histórico de productividad forrajera en las diferentes regiones del país, con elevado detalle espacial.

Hoy, en el caso de la vegetación cultivada, por ejemplo, la mayoría de los sitios de estudio se concentra en la región pampeana. En cambio, llama la atención la escasez de datos en las regiones chaqueña y mesopotámica. Según Claudio Hofer, del Ministerio de Agricultura, “el trabajo permitiría dirigir los recursos hacia los sitios que menos conocemos y en los cuales se está haciendo ganadería con potencial de crecimiento, porque la actividad se desplaza hacia zonas marginales”.

Para elaborar el mapa, los investigadores trabajaron con datos ambientales, de uso de la tierra y de productividad forrajera. Si bien se utilizó información del último Censo Nacional Agropecuario disponible (de 2002), también se incorporaron estimaciones de referentes zonales sobre el porcentaje de pasturas, verdeos y campos naturales de cada región, y se integró con una base de datos de productividad generada a partir de cortes secuenciales de biomasa de vegetación natural y cultivada realizados en 19 provincias, realizados durante varios años por profesionales de INTA, AACREA y la FAUBA.

Asimismo, se generó un mapa de grandes unidades de vegetación del país, a partir de mapas parciales de diferentes autores, que en muchos casos respondían a límites políticos y no ecológicos, puesto que si bien desde hace décadas se viene cuantificando la productividad de los recursos forrajeros naturales e implantados del país, hasta ahora ningún estudio había sintetizado esa información a nivel nacional y regional de una manera que permita considerar la heterogeneidad espacial de esos recursos.